La estética.
¿Qué me pongo? ¿De qué color? ¿Qué objetos?
Definimos muy rápidamente que el
show iba a comenzar en tonos monocromáticos (blanco, negro, gris) aludiendo a
lo sombrío del hombre que no ríe o no puede reír… Y el show iba a tener un
quiebre, un renacimiento, un paso a los colores. Colores plenos, brillantes,
bien saturados, referidos a la naturaleza, la niñez y el juego.
Apareció un delantal gris como
prenda principal para el doctor Rizoma y una corneta de bicicleta como objeto
primordial. El vestuario se completó con
unos zapatos de payaso (chalupas) negras y medias ralladas blanco y negro.
Finalmente la vestuarista terminó
de definir la caracterización con un sombrero que aumenta el tamaño real de la
cabeza, haciendo alusión al desarrollo racional y un par de anteojos exaltando
la expresión facial.
El espacio de acción se pensó
sobre una pista de circo de lona negra, gris o blanca para delimitar la escena.
Se construyó el biombo original del
show aplicando ventanas y pizarrones
para actuar sobre ellos.
Con respecto a la musicalización
partimos de la idea de utilizar música de dibujos animados, dinámica y
orquestada… Luego probamos con temas intensos que encajen en las rutinas de
circo, también necesitamos temas instrumentales para hablar por encima de la
música… una canción de comienzo y de final que refieran a lo circense… Así
fuimos eligiendo distintas canciones de varios estilos y sonidos diferentes,
siempre intrigantes y divertidos, que fueron conformando el espectro musical
del show.
“La risa es
magia, es alquimia, es la mejor medicina.”
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